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De Imperios a Naciones

Los documentos de la unificación de Egipto

Durante el 3200-3100 a.C., conocido como Nagada IIb, comenzó un proceso de unificación desde el Alto Egipto hasta el Delta. La I dinastía surgió en el Periodo Dinástico Temprano, que abarcó del 3100 al 2650 a.C. Conocemos los nombres de los faraones y la duración de sus gobiernos gracias a las listas de reyes escritas en los muros de las tumbas, rocas del desierto y papiros, de los cuales solo se conserva el Canon de Turín. Otra fuente es la obra Aigyptíaka de Menetón, elaborada hacia el 280 a.C. En ella, organiza la extensa historia de Egipto en dinastías y presenta a Menes como el primer rey unificador de Egipto. Menes se asocia con Narmer, cuyo nombre aparece en una paleta en la que lleva la corona del Bajo y Alto Egipto, un símbolo de la unificación de Egipto bajo un solo soberano.

Esta paleta forma parte de una serie de piezas arqueológicas conocidas como «documentos de la unificación«, que incluyen paletas, cabezas de maza, mangos de cuchillos y un fresco que proporcionan información sobre el proceso de unificación. Estas piezas representan escenas míticas, arquetípicas y simbólicas. Los temas que tratan son cuatro: orden-caos, la caza, la guerra y el ritual, que expresan la ideología faraónica emergente.

¿Cuáles son los documentos de la unificación?

Tumba 100 de Hieracómpolis

Fresco de la Tumba 1OO de Hieracómpolis con diversas escenas como el faraón golpeando a los enemigos.

La Tumba 100 de Hieracómpolis es una de las tumbas más antigua y fascinantes del antiguo Egipto. La tumba fue construida para un rey desconocido, pero su importancia está en la pintura mural, que cubre una superficie de tres por seis metros. Fue elaborada a finales del Predinástico, antes del 3300 a.C. El fresco representa escenas de navegación, caza, lucha y ceremonia. En él aparece por primera vez símbolos y motivos que se desarrollarían en el arte egipcio posterior como el faraón golpeando a sus enemigos con la maza o el rey domando a los leones.

Se representan seis barcas en una procesión, posiblemente simbolizando el festival Heb Sed, dedicado al gobernante para renovar sus poderes divinos y representar el orden y la autoridad. Otras escenas muestran al rey como pacificador del caos y dominador de las fuerzas, personificadas por dos leones. La autoridad del monarca se representa con un báculo y un flagelo.

La tumba fue descubierta por los arqueólogos F.W. Green y J. E. Quibell entre 1898 y 1899, aunque previamente ya había sido saqueada por ladrones de tumbas. El fresco fue trasladado al Museo Egipcio de El Cairo, donde se conserva sin ser exhibido al público.

El cuchillo de Brooklyn

Animales ordenados que simboliza el orden cósmico en el mango del cuchillo de Brooklyn

El mango del cuchillo de Brooklyn, que data de Nagada III en el Alto Egipto, muestra filas ordenadas de animales domésticos que simbolizan el orden cósmico (la Maat).

El cuchillo de Gebel El-Arak

Escena temática del señor de los animales en el mango Gebel el-Arak

El mango de este cuchillo, hallado en Gebel el-Arak, al sur de Abidos, data de 3300-3200 a.C. y presenta la temática del «señor de los animales» con rasgos mesopotámicos. Muestra al rey dominando a dos leones rampantes que simbolizan el control del caos y el desorden. El mango es de marfil y tiene una hoja de sílex. El mango representa dos escenas en bajo relieve, la primera la que hemos mencionado al principio y la otra una batalla entre los egipcios y asiáticos, con carros, barcos y arqueros. Que la escena mitológica tenga influencia mesopotámica, quiere decir existió un contacto cultural entre Egipto y el Cercano Oriente.

Actualmente, el cuchillo lo podemos ver en el Museo del Louvre en París.

Paleta de los perros

La Paleta de los Perros representa a los perros conteniendo el caos de la naturaleza.

La paleta de los perros pertenece al periodo Predinástico tardío. Está hecha de pizarra y tiene forma de escudo. Tenemos dos escenas. Una representa a una figura humana, que tanto puede ser un dios como un rey. En la otra cara tenemos una escena de caza con perros, jirafas, antílopes y otros animales. El nombre de la paleta viene de las dos figuras de perro que la enmarca. Estamos ante una de las representaciones más antiguas de perros en el Antiguo Egipto. Estos animales eran muy apreciado por los egipcios, que los utilizaban para la caza, la guardia y la compañía. Otra vez vemos la misma temática de la contención del caos, donde los perros (símbolo de la fidelidad y vigilancia) contienen el caos de la naturaleza.

Paleta de la caza

Paleta de la caza. Antiguo Egipto
Escena de caza del león y herbívoros en la paleta de los cazadores.

La paleta de la caza corresponde al periodo de Nagada III, alrededor del año 3100 a.C. Se piensa que fue hallada en Amarna o Abidos. Ésta está hecha de pizarra y tiene unas dimensiones de 30,5*14 cm. La paleta muestra a varios cazadores armados con arcos, lanzas, hachas y mazas, que arremeten contra diferentes animales salvajes como leones, antílopes, avestruces o jabalíes. Volvemos a ver la misma temática del orden sobre el caos. Los cazadores representa el orden, la civilización, mientras que los animales salvajes representa el caos y la naturaleza. La figura del cazador esta asociada al faraón, que como veremos es quien acabe unificando las dos tierras de Egipto.

¿Sabías que se conserva en dos museos diferentes? Una de las partes está en el British Museum y otra en el museo del Louvre

Paleta de los buitres

El monarca en forma de león apresa a sus enemigos. Paleta de los Buitres.

La paleta de los buitres pertenece a Nagada IIIb, entre el 3200 y el 3000 a.C.. La paleta tiene forma de escudo y representa una escena de batalla entre dos ciudades-estados. En la escena hay varias figuras de animales y humanos. Entre los animales distinguimos leones, buitres y jirafas.

El rey está representado en la paleta como un animal salvaje, ya sea un toro, un león, un halcón o un escorpión. Esta representación refleja la dualidad que caracteriza la mentalidad egipcia. El monarca desempeña un papel fundamental en la contención del caos, por lo que se le muestra como un cazador en la paleta.

En la parte inferior de la paleta, podemos observar buitres que le dan nombre al artefacto, ya que se encuentran alimentándose de los cadáveres de los enemigos. En el centro de la paleta, aparece la figura de un león que simboliza al rey, y este león está devorando a un personaje desnudo, barbado y con una cabellera punteada, que representa la típica iconografía del enemigo en estos documentos. De esta manera, el monarca se muestra como un animal, adquiriendo las cualidades del león para dominar a sus enemigos.

La paleta también presenta algunas novedades iconográficas, como la personificación de los dos estandartes reales que acompañan a los prisioneros, así como la figura de un personaje ataviado con una larga túnica.

En conjunto, la paleta conmemora la victoria de los Libios sobre los pueblos del norte. A través de esta representación, podemos inferir que los vencedores habitaban cerca del Delta, y es posible que la guerra haya debilitado a las fuerzas de los pueblos del norte, lo que permitió a los del sur unificar el territorio de manera más efectiva.

Paleta del toro

Anverso de la paleta del toro

Esta paleta también pertenece a Nagada IIIb, alrededor del 3300-3100 a.C. La paleta esta hecha de grauvaca, una roca oscura y dura. En ambas cara aparece un escena similar de un toro atacando a un adversario. El toro simboliza al rey egipcio aplastando a su enemigos y destruyendo las murallas, una lectura similar a la que hemos visto en la paleta anterior. Además, contamos con una procesión de prisionero atados a una cuerda con los emblemas de los cinco reinos federados.

La paleta del toro es considerada una de las primeras representaciones de la unificación de Egipto bajo el poder de un solo faraón. La paleta se conserva en el museo del Louvre en París.

Paleta Líbica

Anverso y reverso de la Paleta Libia.

La Paleta Líbica, una antigua pieza de pizarra tallada que se remonta a aproximadamente 3300-3100 a.C., es una fascinante reliquia arqueológica. En su superficie, se representan siete espacios amurallados, que se han interpretado como ciudades. Dentro de estas murallas, encontramos varios edificios, cada uno adornado con diferentes jeroglíficos que se presumen como los nombres de cada ciudad. Sobre cada ciudad, se observan animales sosteniendo una azada, una iconografía que históricamente ha estado asociada con la realeza o el poder militar. Aunque se ha especulado que esta representación podría simbolizar la destrucción o fundación de las ciudades, aún no se ha alcanzado una certeza al respecto.

En el reverso de la paleta, se encuentra la primera mención conocida de los «tehenuiu» en escritura jeroglífica. Este término se designa mediante un pequeño bastón arrojadizo sobre una franja ovalada de tierra. Además, se puede apreciar una representación de un campo con árboles, posiblemente olivos. En los niveles superiores de la paleta, se observa una procesión de animales domésticos, entre ellos asnos, bueyes y carneros, todos desplazándose hacia la derecha, en la misma dirección que el bastón arrojadizo de Tehenu. La paleta fue hallada en Abydos y actualmente se conserva en el Museo Egipcio del El Cairo.

Cabeza de Maza del rey Escorpión

Maza del rey escorpión

La cabeza de maza del rey Escorpión fue descubierta en el templo de Hieracómpolis por los arqueólogos británicos Quibell y Green en 1897-1898. Esta cabeza, esculpida en piedra caliza y que mide 25 centímetros de altura, tiene una forma de pera y está adornada con relieves que representan la icónica vestimenta del monarca hasta los primeros tiempos del Reino Antiguo. Esta indumentaria incluye un faldellín corto, un corpiño con tirantes, una cola de toro y una corona. Además, el rey luce la corona blanca del Alto Egipto.

La escena tallada en la cabeza de maza corresponde a un ritual en el que el monarca sostiene una azada en la mano. A su lado, dos asistentes le presentan una cesta y un objeto que se asemeja a una escoba. El rey parece estar preparando un canal con la ayuda de la azada, mientras que otro individuo llena un serón con tierra y otros trabajadores se ocupan cerca del agua. Esto sugiere que la escena podría estar relacionada con algún tipo de rito vinculado a la tierra, el agua y la fertilidad.

Frente al monarca, se encuentra un Serekh, que presenta una roseta con siete pétalo y un escorpión. La presencia del escorpión podría indicar un título real o un epíteto que enfatiza la fuerza que el rey personifica. Finalmente, en la parte superior de la maza, se representan escenas de dominio con estandartes reales en los que se cuelgan una serie de pájaros rekhtitu y arcos iunut, símbolos de los súbditos y extranjeros.

La cabeza de maza de Narmer

Maza de Narmer

La cabeza de maza de Narmer, esculpida en piedra caliza y con una altura de 20 centímetros, fue descubierta en la ciudad de Hieracómpolis, que se cree que fue la capital de Narmer.

Esta representación conmemora el triunfo del soberano sobre el norte, y es un testimonio de la festividad conocida como la «fiesta del Heb sed» o «júbilo real». A partir de este momento, se llevan a cabo una serie de rituales y festivales con el propósito de restablecer el equilibrio del Cosmos, con la creencia de que la regeneración es crucial para el funcionamiento del mundo. Esta celebración tiene sus raíces en los albores de la Dinastía I del antiguo Egipto.

La paleta de Narmer

Paleta de Narmer

La paleta conmemorativa de Narmer fue descubierta en 1894, a pocos metros del depósito principal de Hieracómpolis. Esta impresionante pieza tiene una altura de 64 cm y presenta inscripciones en ambas caras, registrando el reinado de Narmer y marcando un hito crucial en la historia de Egipto, ya que es el primer testimonio de la unificación del Alto y Bajo Egipto.

En la cara principal de la paleta, observamos el serekh, que adorna la fachada de un palacio, simbolizando la monarquía. Narmer es nombrado «El Magnífico Siluro» y se representa con una maza levantada y sujetando a un enemigo por la cabeza, lo que indica la sumisión del adversario. En esta escena, Narmer lleva la corona blanca del Alto Egipto, que simboliza su dominio sobre el Bajo Egipto. También vemos la representación de Horus, la divinidad real y símbolo del Bajo Egipto, aludiendo a la conquista de esta región. Detrás del monarca, se encuentra el portador de sandalias, un alto cargo asociado con la prosperidad. A los pies del faraón, vemos la representación de enemigos vencidos en el inframundo, ya sus hombros, dos ciudades sometidas al poder de Narmer.

En la parte superior de la paleta, aparecen dos vacas, símbolo de la diosa Hathor, relacionado con la vaca celestial. En el reverso de la paleta, la monarca lleva las dos coronas, la blanca del Alto Egipto y la roja del Bajo Egipto, simbolizando la conquista y unificación de ambas regiones. Frente al faraón, se observa una procesión que incluye al portador de sandalias, altos funcionarios y cuatro portaestandartes, mientras que en la parte frontal aparecen los enemigos decapitados con sus cabezas entre los pies.

En el centro de la paleta, se representan dos animales fabulosos con los cuellos entrelazados, simbolizando la contención del desorden que la unificación trae consigo. Finalmente, el poder del monarca se personifica en un toro que arremete contra una ciudad amurallada, sometiendo al enemigo con sus fuerzas.

Este período de conquistas, iniciado por la Dinastía Tinita, llevó a Egipto más allá de las fronteras del Nilo, extendiéndose hacia el sur de Palestina. Esta expansión territorial también provocó la desaparición de la cultura nubia, que se desplazó hacia el sur. Para concluir, mientras tenemos información sobre la Dinastía I, la Dinastía II es en gran parte desconocida, con la excepción de los nombres de los últimos monarcas, debido a cambios en los lugares de entierro.

En resumen, los documentos de la unificación en el antiguo Egipto, que abarcan un período de alrededor de 3200-3100 a.C., proporcionan una valiosa ventana hacia el proceso de consolidación de poder y la unificación de las Dos Tierras bajo un solo soberano. Estos artefactos arqueológicos, que incluyen paletas, cabezas de maza, mangos de cuchillos y frescos, no solo transmiten hechos históricos, sino también elementos míticos y simbólicos que reflejan la emergente ideología faraónica.

Estos documentos tempranos presentan temas recurrentes, como el orden sobre el caos, la caza, la guerra y los rituales, todos los cuales desempeñaron un papel fundamental en la legitimación del poder real y la unificación de Egipto. Los símbolos y motivos presentes en estas piezas arqueológicas, como el faraón golpeando a sus enemigos, la contención del caos y la dualidad en la representación del monarca como un animal salvaje y un líder civilizado, ofrecen una visión rica de la mentalidad y la cosmovisión egipcia en ese período.

En conjunto, estos documentos no solo arrojan luz sobre la historia temprana de Egipto, sino también sobre la evolución de la cultura y la política egipcias, allanando el camino para la posterior dinastía faraónica y el desarrollo de la civilización egipcia. Estos artefactos se mantienen como testigos valiosos de un tiempo crucial en la historia de Egipto, donde la unificación y el poder de los faraones comenzaron a tomar forma.

Bibliografía

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[2] CERVELLO AUTUORI, J. (2011), «La aparición del Estado y la Época Tinita» en J. M. Parra Ortiz (Coord.) El Antiguo Egipto, Marcial pons historia, Madrid.
[3] FERNÁNDEZ ZURRITA, M. J. «Narmer: los documentos de la unificación y la Simbología de la paleta del rey», consultado en https://www.arqueonet.net/Arxius/EPOMA2_2015-2016_TFC_3P.pdf
[4] GRIMAL N. (2004), Historia del Antiguo Egipto, Akal, Madrid.