Ya no queda nada para Navidad y, si os digo la verdad, mi plan ideal sería simplemente estar tranquilo, con un buen libro y buena compañía. Para mí, regalar un libro es un detallazo, un lujo que no tiene que ver con el dinero, y que te regalen uno a ti es todavía mejor. Hace poco me enteré de que en Islandia celebran la Nochebuena con una tradición llamada Jólabókaflód, que básicamente consiste en disfrutar la noche leyendo.
El origen del Jólabókaflód
Aunque hoy nos parezca una tradición puramente romántica, el Jólabókaflod (que literalmente significa «el aluvión de libros de Navidad«) nació de la necesidad y la austeridad. Durante la Segunda Guerra Mundial, Islandia, como gran parte del mundo, se enfrentaba a severas restricciones de importación. Los lujos escaseaban y los productos básicos estaban racionados.
Sin embargo, el papel fue uno de los pocos materiales que se mantuvo fuera de las listas de restricciones. En Navidad, como no tenían muchas opciones para regalar, la gente regalaba libros. Y lo que comenzó como una solución a la escasez de productos, acabó convirtiéndose en su seña de identidad.
Para ellos, la Navidad «comienza» en noviembre, cuando la Asociación de Editores Islandeses envía el Bókatídindi, un catálogo gratuito que llega a sus casas con todos los libros nuevos que han salido ese año. Es como el catálogo de juguetes que esperábamos de niños, pero para adultos. En él marcan aquellos libros que les gustaría recibir. Muy parecido a nuestra carta de los Reyes Magos.

El plan para la noche del 24 es lo mejor del mundo. Abren los regalos después de cenar y la regla no escrita es que todo el mundo reciba, al menos, un libro. En vez de ponerse a ver la tele o salir por ahí, cada uno pilla su libro nuevo, se prepara un chocolate caliente y se mete en la cama o se tumba en el sofá a leer. Es una tradición que para los amantes de los libros es gloria bendita.
Al final, copiarles un poco el plan a los islandeses no suena nada mal. No hace falta complicarse mucho: basta con elegir un libro que te apetezca leer, preparar algo calentito y disfrutar de ese ratito de calma. Porque, a veces, el mejor regalo que podemos hacernos es simplemente echar el freno y perdernos en una buena historia.
Espero que paséis unos días geniales, descanséis y, si puede ser, con una lectura que os atrape.
¡Felices fiestas a todos!