Saltar al contenido
De Imperios a Naciones

La Dama y el Unicornio: alegoría de los Cinco Sentidos

El Museo Nacional de la Edad Media de París encierra entre sus obras un conjunto de seis tapices medievales conocidos como La dama y el unicornio. Un conjunto elaborado entre los años 1484 y 1538 con técnica de seda y lana y mide entre 3,10 y 3,78 m de alto y entre 2,90 y 4,66 m de ancho.

El conjunto de tapices fue descubierto por George Sand en el castillo de Boussac, mientras acudía a una velada. Los tapices estaban en pésimas condiciones y, aún así, quedó impresionada ante su contemplación por su gran colorido y texturas. Gracias a la ayuda de Próspero Merimé, inspector de monumentos históricos del patrimonio artístico francés, consiguieron financiación para su restauración y posterior conservación en el viejo Museo de Cluny.

Ahora bien, ¿qué es un tapiz? ¿Para que servían? El tapiz era un paño grande tejido con lana o seda en el que se copiaban cuadros y servían de paramento y ornamentación. La elaboración de tapices comenzó en Europa durante la Edad Media gracias al contacto con el mundo oriental a raíz de las Cruzadas. Los primeros tapices fueron empleados en ambientes religiosos, pero más tarde pasaron a decorar palacios y estancias acomodadas. Éstos no solo fueron decorativos, sino que ayudaban a proteger contra el frío en grandes estancias como los salones.

Sala del Tapiz del Unicornio en el Museo de Cluny Fuente: Galantiqua

El proceso de elaboración era complejo y lento. Primero, elaboraban un cartón con el diseño y se mandaba al tejedor, que podía estar en la misma o en otra ciudad. Éste lo visualizaba mediante distintos procedimientos como la colocación directa del cartón tras las cadenas, el calco de las líneas fundamentales de la composición, anotaciones de colores o refracción en un espejo colocado frente a sus ojos. Había dos telares, uno de alto lizo, el cual no tenía pedales y el trabajo era en vertical, y otro de bajo lizo, que trabaja horizontal y tenía pedales. Éste último resultaba más rápido, puesto que al tener las manos libres podía trabajar directamente sobre el modelo.

Durante la Edad Media no existía una capital o sede fija de los monarcas. Éstos eran itinerantes, es decir, que estaban en continuo movimiento en todos los territorios de su reino. Los reyes de Castilla, por ejemplo, residieron en Toledo, Segovia, Burgos, Toro, Palencia, Madrid, Sevilla, Granada y Tordesillas. En estos desplazamientos cargaban con toda la casa a cuestas, tanto muebles y enseres como los tapices. Eran piezas fáciles de transportar porque los enrollaban y desenrollaban en los nuevos emplazamientos. Un mismo tapiz podía decorar diferentes habitaciones de un mismo lugar, o en tiempos de guerra, podían decorar las tiendas de campaña. La mayoría de las veces la decoración del tapiz podía narrar una historia en diferentes tapices creando una serie. Estas piezas eran caras de fabricar y tenían gran decoración como veremos más adelante.

Iconografía del conjunto de tapices La Dama y el Unicornio

Los tapices componen un conjunto de alegoría de los Cincos Sentidos del hombre, siendo el último de los tapices una síntesis del conjunto, en el que destaca un inscripción sobre un tienda que domina el centro del tapiz. Esta dice: «À mon seul désir», la cual tiene varias tradiciones: «Mi único deseo», «Solo según mi deseo» o «Solo por deseo Mío», por tanto, se le conoce como Deseo. Tiene un estilo conocido como mille-fleurs (mil flores), que es una decoración del fondo elaborado con muchas flores. Posiblemente el cartón con el dibujo fuera elaborado en París, mientras el tapiz se ejecutó en Flandes.

¿Cómo identificamos cuáles son los cincos sentidos representados en los tapices? Éstos son:

👁 El unicornio está mirándose en el espejo que sostiene la dama.
👂 La dama tocando un órgano portátil sostenido por una doncella.

👅 La dama esta agarrando unas golosinas para el pájaro que está posado en mano, mientras el mono está saboreando esas golosinas.

👃 El mono huele las flores que la dama ha colocado en una cestilla, mientras ella está tejiendo una diadema de flores.
🖐 La joven acaricia suavemente el cuerno del unicornio, mientras con la otra sostiene el estandarte.

En el sexto tapiz la dama está de pie, mientras la doncella está de rodillas frente a ella sosteniendo un cofre. A primera vista no sabemos ciertamente si la dama está guardando o sacando joyas del cofre. Ahora bien, ¿está representando un sentido? ¿Es un sentido que desconocemos? ¿Ese sentido es el amor o la inteligencia o está representado el Libre Albedrío? No sabemos con exactitud cuál es la interpretación correcta, pero podemos pensar que puede ser el Libre Albedrío por una serie de seis tapices propiedad del cardenal La Mark titulada en español Los Sentidos, el cual, al igual que ésta ilustraba los cinco sentidos, pero en la última aparece la siguiente inscripción: «Liberum Arbitrium«.

Hay autores como Gourlay o Bruel que han dado nuevas interpretaciones a los tapices. En esas nuevas interpretaciones los sentidos tienen un nuevo contexto: el amor cortés. Ésta última relaciona algunos elementos de los tapices con el texto del Roma de la Rose, uno de los textos franceses más célebres en materia cortés.

Los tapices destacan por su rico colorido con tonos cálidos (rojos, carmines y naranjas), combinados con verdes y azules; su abundante flora (naranjos, pinos, acebos o robles) y un gran número de animales (monos, perros, conejos y garzas, además, del león y el unicornio). Éstos últimos aparecen en todos portando las armas. El escudo que aparece es de la familia Le Viste de la región de Lyon, los cuales estaban al servicio del rey de París.

Por último, el rico ropaje, brocados y bordados dorados y turquesas, así como las perlas y turbantes hacen pensar que posiblemente la dama fuera una persona real. Sin embargo, la dama no es la misma en todas ellas. Si observamos bien podemos ver diferencias en la cara, donde algunas es más pequeña y redonda y en los ropajes, los cuales van variando.

Bibliografía

[1] CABRERA MARTÍNEZ, L. (2006), «La Dama del Unicornio»; en DE LA BANDA Y VARGAS, A (dir.), Temas de Estética y Arte XX. Sevilla, pp. 11-28.
[2] DE LA PLAZA ESCUDERO, L.; MORALES GÓMEZ, A.; MARTÍNEZ MURILLO, J. (2019), Diccionario visual de términos de arte, Cátedra, Madrid.
[3] GLOËL, M. (2017), «El fin de la corte itinerante», Autoctonía. Revista de Ciencias Sociales e Historia, Vol. I, 1, pp. 1-20.
[4] GONZALEZ DORESTE, D. Mª. (2004), «A propósito de algunas reinterpretaciones de «La dame à la licorne» ¿La sombra de Guillaume de Lorris es tan alargada?, en I. IÑARREA LAS HERAS, M. J. SALINERO CASCANTE (Coord.), El texto como encrucijada: estudios franceses y francófonos, Universidad de La Rioja, pp. 79-96.
[5] NOVELLO, C., «La dame a la Licorne», EL DÍA. Suplemento dominical, 6 de noviembre de 1983.
[6] TORRALBA SORIANO, F. (1958), «Los Tapices», Revista Nacional de Arquitectura, 194, pp. 35-36. Consultado online 16 de agosto de 2022: https://www.coam.org/media/Default%20Files/fundacion/biblioteca/revista-arquitectura-100/1946-1958/docs/revista-articulos/revista-nacional-arquitectura-1958-n194-pag35-36.pdf.