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De Imperios a Naciones

La batalla de Mohi

La batalla de Mohi se libró durante los días 10-11 de abril de 1241. En sólo dos días de primavera el Imperio mongol arrasó frente a sus enemigos húngaros. El asalto del Imperio Mongol al Reino de Hungría se pudo haber evitado, pero como solía suceder durante la Edad Media el recorrido de la diplomacia era corta.

Ogedei, tercer hijo de Genghis Khan, ansioso por seguir los pasos de su padre envió en 1235 a Batu Khan, líder de la Horda de Oro, a conquistar la Rus de Kiev. Una vez terminada la conquista los cumanos, habitantes de esas tierras, pasaban a ser considerados esclavos. Sin embargo, aquellos que escaparon fueron a refugiarse a Hungría, donde adoptaron el cristianismo y el idioma.

Los mongoles enviaron embajadores a Pest para reunirse con el rey Bela IV. El motivo de la reunión fue la petición al monarca de obligar a regresar a los cumanos a sus hogares y someterse. Sin embargo, Bela IV rechazó la petición porque los cumanos habían engrosado las filas de su ejército, formando un grupo de soldados importante.

Ilustración de guerreros cumanos del siglo XIII y XIV.
Guerreros cumanos siglo XIII a la izquiera y XIV a la derecha. Autor Mikhael V. Gorelik

Bela IV fue consciente del peligro que se cernía sobre su reino, por lo que decidió convocar a sus huestes en Pest. Empero, con lo que no contaba el monarca fue con el odio de algunos nobles a causa de sus políticas internas.

La insubordinación de estos nobles se agravó con la muerte del líder cumano, que estaba bajo la protección del rey. Su muerte provocó el abandono de los cumanos del ejército y el comienzo del saqueo de gran parte de sudeste del país con la masacre de las tropas húngaras a su paso.

La esperanza del rey estaba por los suelos. No podía contar con la caballería pesada que proporcionaban sus nobles y los soldados enemigos estaban penetrando por Transilvania. Tampoco favoreció al rey la poca ayuda recibida de Federico II de Austria con sus victorias frente a incursiones mongolas. El efecto que consiguió fue que el monarca Bela IV de Hungría pareciera un cobarde. Finalmente, en la primavera de 1241, el rey de Hungría no tuvo más remedio que presentar batalla.

Ilustración del monarca de Hungría Bela IV.
Bela IV de Hungría

Bela IV no contaba con la habilidad militar de Subotai “El valiente”, aclamado como uno de los “perros de guerras” de Genghis Khan y victorioso en sesenta combates. Era un brillante estratega militar y dentro de su táctica militar está la retirada fingida. Ésta táctica militar fue empleada por los guerreros mongoles en sus conquistas, que tenía el objetivo de hacer que el enemigo cayese en una trampa, la misma que sufrirá Bela.

El ejercito de Bela caminó una semana a marcha forzada hasta que el 10 de abril recibió la orden de acampar. La zona de acampada era cerca de la aldea de Mohi, al sur del río Sajó, noreste de Hungría. Para protegerse montaron un fuerte con varias carretas. No mucho tiempo después avistaron a un pequeño contingente de mongoles en la otra orilla del río Sajó. Bela IV se centró en los espías mongoles, mientras los huestes principales del ejército mongol pasaron desapercibidos, situados justo detrás del bosque, al igual que Subotai, quien controlaba los movimientos de sus enemigos desde una colina al norte.

Imagen de Subotai observando a los soldados húngaros acampados en la aldea de Mohi

La estrategia de Subotai era tomar el puente al anochecer, pero sus planes se fueron al traste a causa de un esclavo. El esclavo corría por el río cuando la guardia húngara lo detuvo . Fue trasladado inmediatamente a la tienda de Bela IV. Allí reveló los audaces planes de los mongoles de tomar el puente esa misma noche.

Colomán, duque de Eslovenia y hermano de Bela, marchó a defender el puente con un destacamento de jinetes. Los mongoles habían cruzado el puente cuando de pronto, en la oscura noche, fueron sorprendidos con los disparos de las ballestas. Los mongoles no lo iban a poner fácil; resistieron en una feroz batalla hasta que se oyó el clamor de la retirada por parte de la vanguardia de Batu Khan. Colomán había conseguido defender el puente.

Para evitarse otra sorpresa Colomán dejó una unidad de infantería y algunos ballesteros. Al mismo tiempo, Subotai cambió de estrategia y decidió enviar a Shiban, hermano de Batu Khan, al norte para atacar por la espalda a los guardias del puente. Subotai junto a un contingente se dirige al sur, donde levantarían un pontón para cruzar el río. En cambio, Batu Khan se quedó con el grueso del ejército. Además, ordenó lanzar piedras contra el puente.

Imagen de la estrategia de Subotai en la batalla de Mohi en 1241

Las piedras lanzadas provocaron que aquellos a los que no se les aplastó se retirasen hacia el campamento con la cara desencajada. Los mongoles, libres del peligro de las ballestas, cruzaron el puente, al igual que harán Subotai y Shiban en sus respectivas posiciones. Al enterarse de la noticia en el campamento, Colomán lanza una carga contra los mongoles.

La noche se tornó entre gritos de ira y angustias en una lluvia de flechas en ambas direcciones. Finalmente, acabó con la regresión de Batu Khan, lo cual dejó al duque en una posición dominante. Sin embargo, la alegría duró poco y la posición dominante se tornó vulnerable.

Los jinetes, al ver el peligro que corrían con la llegada por el norte de Shiban, decidieron escapar y renunciar a su ventaja. Al mismo tiempo, el rey no aprovechó la ventaja que tenía para presentar batalla a los mongoles con todos sus soldados. Un error que le pasará factura.

Bela IV preparó a sus hombres y una formación de soldados salió del campamento dispuesto a romper la línea central de Batu Khan. En una refriega entre las espadas y los escudos, Batu Khan volvió a retroceder. Los húngaros intentaron no caer en la trampa con una respuesta rápida, pero Subotai, tras cruzar el río, realizó maniobras para cerrar el flanco, lo cual obligó a los húngaros a retirarse a su campamento.

Ilustración de la huida del campamento por el suroeste de los húngaros

Aquellos supervivientes que llegaron al campamento respiraban aliviados de salir de esa carnicería, pero la calma no duró mucho tiempo. Subotai rodeó el campamento y se dispuso asediarlo con lanzamientos de piedras, flechas e, incluso, con armas chinas. Además, Subotai permitió una brecha en el suroeste del cerco para dejar escapar a los soldados húngaros. Empero, no fue un acto de buena fe, sino una trampa. Los solados heridos que huyeron asustados fueron perseguidos como presas de caza. Colomán fue uno de los que consiguió escapar, aún así sus heridas fueron tan graves que murió poco tiempo después.

Tras las derrota del ejército húngaro, los mongoles saquearon y destruyeron todo a su paso. Pest acabó arrasado al igual que otras ciudades. La presencia mongola duró un año. La retirada en 1242 se pudo deber a que tras la muerte de Ogeder, todos los generales mongoles tuvieron que regresar a casa para elegir a un nuevo Khan.

Las cifras de las muertes de la población húngara se estiman entre el 15 y 25 por ciento de la población total de Hungría. El reino húngaro se tuvo que enfrentar a una lenta recuperación, la cual acabó otra vez en 1285 con nuevas masacres a manos de los mongoles.

El Reino Húngaro vs el Imperio Mongol

  • Para la batalla de Mohi el reino de Hungría contó con 25.000 efectivos frente a los 20.000 del Imperio Mongol.
  • Las bajas fueron desproporcionadas. En el caso del Reino de Hungría cayó casi todo el ejército frente a unos cientos mongoles, de entre ellos 30 guardias personales de Batu, conocidos como los Baatars.
  • La fuerza del ejército del Imperio Húngaro fueron los ballesteros, un elemento crucial en la lucha a distancia. También eran mortales a corta distancia.
    • Las ballestas eran construidas con madera de fresno o tejo. También eran pesadas, pero su mecanismo exigía menos esfuerzos para el tirador. Una ventaja era la potencia de disparo frente a los arcos compuestos mongoles. Una desventaja era la recarga lenta; solo podían disparar de dos a tres veces por minuto.
  • En el caso del Imperio Mongol la caballería ligera era la fuerza principal por su velocidad y agilidad. Eran jinetes rápidos y dinámicos muy cualificados. Estaban ligeramente protegidos, aunque eran vulnerables al enfrentarse a adversarios fuertemente armados.
    • El arco curvo se fabricaba con bambú y luego se endurecía añadiendo materiales como el cuerno y el tendón. Para abrir el arco se usaba solo el pulgar. Con un alcance de 500 metros sus flechas atravesaban las armaduras occidentales requeridas de fuerza y habilidad inmensas para disparar de manera adecuada y precisa.