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De Imperios a Naciones

Ladrones, mendigos y prostitutas: la Corte de los Milagros

En el norte de París, en la zona en la que se ubica el actual mercado de Les Halles, encontramos una zona que fue habitada por prostitutas, mendigos, ladrones y carteristas. Un lugar del París medieval tan peligroso que ni las autoridades se atrevían a entrar.

Las grandes construcciones se concentraban en la Île de la Cité, con el Palacio Real, o el lado sur del río, el Quartier latin, con la universidad de La Soborna. En cambio, en el norte se concentraba la miseria en las estrechas calles de la ciudad, alejados del lujo. Concretamente, estaban hacinados entre las calles Montmarte y Montorgueil.

En el siglo XVII, durante el reinado de Luis XIII y Luis XIV nos encontramos doce barrios con el nombre de Corte de los Milagros. Esto indicaba un aumento de la pobreza en las capas más bajas de la sociedad. Este crecimiento de la pobreza se debió al aumento de los impuestos, los cuales iban destinados a mantener una corte derrochadora. A falta de tierras para cultivar y auto abastecerse, los habitantes de estos barrios se las ingeniaron para obtener algunos ingresos.

La astucia de algunas personas les llevó a disfrazarse de tullidos, ciegos o enfermos para salir a la calle a mendigar unas monedas caritativas que le permitieran llevarse algo a la boca. Nos encontramos con un amplio abanico de categorías como aquellos que se disfrazaban de soldados con mutilaciones de combates durante el servicio de armas al rey, conocidos como narquois o drilles. Otros se hacían pasar por enfermos (malingreux), por pacientes falsos que simulaban ataques de epilepsia (fracs mitoux) o niños pequeños casi desnudos, que simulaban tener frío hasta en verano (orphelins).

¿Por qué se conoce como la Corte de los Milagros?

A la noche, de vuelta a su hogares, muchos de los que presentaban mutilaciones o enfermedades durante el día sanaban «milagrosamente» por la noche, recuperando su salud y decencia.

Estos barrios tenían sus propias leyes, gobierno y argot. Para organizarse elegían a su propio rey llamado por todos el Gran Coesre o roi des Thunes, cuyo poder era tan grande que ni las autoridades se atrevían a entrar en su territorio. Es más, en 1630 una orden de Luis XIII para construir una nueva calle que atravesara aquella zona, acabó con el asesinato de la cuadrilla de obreros y la cancelación del proyecto.

En 1667 comenzó el fin de la Gran Corte de los Milgros, el mayor de los doce barrios con el mismo nombre y el más peligroso de París. Luis XIV, cansado de los crímenes, decide ponerle fin antes de que la ola de criminalidad afectase a toda la ciudad. Los soldados acabaron con los barrios diseminados por París. En 30 años de limpieza criminal muchos acabaron en galeras y otros tantos ajusticiados. Sin embrago, la delincuencia resurgió de sus cenizas con más fuerza, consiguiendo controlar la zona poco a poco. No fue hasta finales del siglo XIX que desaparece definitivamente con la destrucción de los tugurios, junto a gran parte del barrio medieval para construir el mercado de Les Halles.

Los personajes e historias de estos barrios de la Corte de los Milagros inspiraron la obra de Nuestra señora de París de Victor Hugo, así como la ilustración romámtica-medieval de Gustave Doré. Una visión más realista es el grabado de Jacques Callot de 1622 titulado «Los mendigos». Por último, Disney en su película El jorobado de Notre Dame elabora una canción centrada en la Corte de los Milagros.