Bernardo de Gálvez nació en Macharaviaya, Málaga, en 1746. Era hijo de Matías de Gálvez, quien fue teniente general y virrey de Nueva España, y sobrino de José de Gálvez, marqués de la Sonora, quien fue visitador de Nueva España, ministro universal de las Indias y consejero de Estado durante el reinado de Carlos III.
Al igual que su padre, escogió la carrera militar a muy temprana edad. En 1762, tomó parte en la guerra contra Portugal, aliado de Gran Bretaña, como teniente de Infantería. La Paz de París puso fin a la guerra en 1763, cediendo España la Florida y tierras al este del río Mississippi a Gran Bretaña, y la Luisiana a Francia. En 1765, Gálvez fue asignado como capitán al Regimiento Fijo de Infantería de la Corona en Nueva España y posteriormente, en 1770, fue nombrado comandante de las Armas de Nueva Vizcaya. Regresó a España en 1772 y después de servir en Francia en el Regimiento de Cantabria, se incorporó al Regimiento de infantería de Sevilla en 1775. Gálvez resultó gravemente herido durante una expedición, pero resistió y fue recompensado con un ascenso a teniente coronel y con destino a la Academia Militar de Ávila.
El Papel Gálvez en la Guerra de Independencia de Estados Unidos
Sin embargo, fue en América donde Gálvez tendría sus mayores éxitos militares y logros en el Servicio a la Corona. Fue nombrado coronel del Regimiento Fijo de Luisiana y gobernador interino de la provincia de Luisiana en 1776. Desde su toma de posesión como gobernador en 1777, Gálvez lideró una intensa actividad para contrarrestar la amenaza británica y brindó una decidida cooperación a la causa de la independencia norteamericana.
Durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, el Gobierno español mantuvo una posición oficial de neutralidad. Sin embargo, Gálvez brindó una valiosa ayuda a los colonos americanos que luchaban contra Gran Bretaña. Gálvez, trabajando en colaboración con el financiero irlandés Oliver Pollock en Nueva Orleans, suministró a las tropas americanas con provisiones urgentemente solicitadas, incluyendo pólvora, mantas, fusiles, quinina y municiones. Esta ayuda permitió a los colonos mantener el control en los territorios del oeste de los montes Alleghany.
Además, Gálvez fomentó la colonización y estableció nuevas poblaciones en Luisiana, incluyendo Barataria, Nueva Iberia y Galveztown. También ayudó a las campañas del general americano George Rogers Clark en Illinois y estableció buenas relaciones con las diversas tribus de indios de la región mediante una astuta política de captación, tráfico y regalos.
En 1779, Gálvez se convirtió en un personaje importante en la historia de Luisiana y Nueva Orleans. Ascendieron a Gálvez a brigadier y lo nombraron gobernador de la provincia. Sin embargo, según informes secretos, los ingleses estaban planeando invadir la región y atacar Nueva Orleans. Para prepararse para esta eventualidad, Gálvez ordenó que se reforzaran las defensas.
El 21 de junio, se produjo la declaración formal de guerra del rey Carlos III al rey de Gran Bretaña. En respuesta, Gálvez decidió tomar la iniciativa y atacar a los ingleses antes de que ellos pudieran atacar. A pesar de no contar con los refuerzos provenientes de La Habana, Gálvez tenía claro que su objetivo era expulsar a los ingleses de Pensacola, la Mobila y cualquier otro puesto que ocuparan sobre el río Misisipi. Sin embargo, antes de que pudieran comenzar la expedición, un terrible huracán azotó Nueva Orleans, destruyendo gran parte de la ciudad y hundiendo los barcos que estaban armados para la campaña. A pesar de esta adversidad, éste mantuvo la moral de sus tropas y logró recuperar algunos barcos y artillería del fondo del río.
El 7 de septiembre de 1779, después de once días de dura marcha, las fuerzas expedicionarias lideradas por Gálvez lograron conquistar el fuerte Bute de Manchak y hacer prisionera a su guarnición sin sufrir bajas. Dos semanas después, la artillería española logró desmantelar el fuerte New Richmond de Baton Rouge. Además, Gálvez logró obtener la rendición incondicional de los fuertes Panmure de Natchez y los puestos situados en el río Amite y en Thomson’s Creek. También se capturaron ocho barcos británicos que llevaban refuerzos a estos puestos.
Gracias a estas victorias, Gálvez logró dominar la cuenca baja del Misisipi y todo su inmenso valle. Los ingleses abandonaron sus planes de atacar las posesiones españolas en Tobá y Pensacola. Por sus méritos, Gálvez, quien tenía solo treinta y tres años, fue ascendido a mariscal de campo.
Bernardo de Gálvez dirigió una serie de operaciones militares en 1780 contra los fuertes británicos en el golfo de México. Con un ejército de aproximadamente ochocientos veteranos y milicias, Gálvez inició la conquista de Mobila el 14 de enero. A pesar de las dificultades que enfrentaron en el camino. Cuando iban a embocar la bahía de Mobila, varias embarcaciones encallaron y otras naufragaron en medio de una tempestad sin posibilidad de auxiliarlos. Sin embargo, Gálvez logró reorganizar sus tropas y tomar el fuerte británico en Mobila el 14 de marzo.
Después de dejar al coronel José de Ezpeleta a cargo de Mobila, Gálvez regresó a Nueva Orleans y se embarcó en una expedición contra la plaza fuerte de Pensacola el 16 de octubre de 1780. Sin embargo, un huracán causó la dispersión de la flota y retrasó la empresa. Después de superar innumerables obstáculos y reunir las fuerzas necesarias, Gálvez zarpó de La Habana el 28 de febrero de 1781 con una nueva expedición contra Pensacola. Con la flota formada en tres columnas, Gálvez lideró la conquista de esta plaza fuerte clave en la Florida Occidental.
La toma de estas plazas fuertes británicas tenía un gran valor geopolítico y estratégico para España. Pensacola representaba una constante amenaza para la seguridad y el comercio de Luisiana y el virreinato de Nueva España, y su conquista era un objetivo importante para la Corona española. Bernardo de Gálvez demostró su habilidad como líder militar al superar las adversidades y lograr la conquista de estas plazas fuertes clave en el golfo de México.
La expedición contra Pensacola en 1781, liderada por Bernardo de Gálvez, fue una operación militar que tuvo como objetivo conquistar la isla. La flota, compuesta por 32 barcos, incluyendo un navío de guerra y varias fragatas, zarpó de La Habana el 28 de febrero de ese año. La expedición contaba con un total de 3,179 hombres, incluyendo 1,543 soldados de tierra. Sin embargo, la entrada a la bahía de Pensacola resultó ser difícil debido a las corrientes y el fuego de artillería del fuerte enemigo. La tensión entre Gálvez y los jefes de Marina aumentó y la expedición se encontró paralizada.
Sin embargo, Gálvez no se dio por vencido y decidió forzar la entrada de la bahía en persona. El 18 de marzo, embarcó solo en el bergantín Galveztown y, con la insignia de su grado visible, saludó al ejército y la escuadra con 15 cañonazos. El Galveztown logró entrar en la bahía y esto inspiró a los demás barcos a seguirlo. La expedición logró finalmente conquistar la isla y esta circunstancia resultó ser determinante para el curso ulterior de la contienda. La hazaña de Gálvez y su valentía son recordados como uno de los momentos más emblemáticos de la historia militar de esa época.
Después de su exitosa conquista, Bernardo de Gálvez recibió un gran reconocimiento por su valentía y habilidad militar. A los 35 años, fue ascendido a teniente general y nombrado caballero pensionado de la Real Orden de Carlos III. Además, el rey decretó que la bahía de Pensacola se llamaría en el futuro como la Bahía de Santa María de Gálvez, y que para honrar su heroico logro en forzar la entrada de dicha bahía, el escudo de sus armas incluiría el bergantín «Galveztown» y el lema «Yo Solo».
Bernardo de Gálvez también fue nombrado gobernador y capitán general de las provincias independientes de Luisiana y la Florida Occidental, y comandante en jefe del Ejército de Operaciones en América. En 1783, a petición de la provincia de Luisiana, el rey le otorgó el título de conde de Gálvez.
Después de una ausencia de ocho años, Bernardo de Gálvez regresó a España en 1784. Durante su estancia en Madrid, fue requerido por el gobierno para brindar su experiencia y conocimiento en cuestiones políticas en América del Norte. España se encontraba enfrentando desafíos en la región, incluyendo cuestiones de límites, libre navegación en el Misisipi y las relaciones con los indios. En octubre de ese año, Gálvez fue nombrado capitán general de Cuba, con el mando también sobre Luisiana y las Floridas.
Gálvez trabajó estrechamente con Diego de Gardoqui, representante español ante el gobierno de los Estados Unidos, y le dio consejos en cuanto a cómo abordar los problemas políticos. Gardoqui mantuvo un correo regular con Gálvez y seguía sus recomendaciones. En una de sus cartas, Gálvez recordó al gobierno norteamericano los servicios prestados por España durante su lucha por la independencia, y destacó que sus derechos en el Misisipi eran de gratitud hacia España y no de usurpación.
En 1785, Bernardo de Gálvez fue nombrado virrey de Nueva España, sucediendo a su padre, Matías de Gálvez, quien falleció en la ciudad de México. Como virrey, su principal objetivo fue combatir la escasez extrema de víveres y la epidemia de peste que habían afectado a la población mexicana.
El virrey Gálvez tomó medidas eficaces para prevenir el contagio de enfermedades, incluyendo el aislamiento de pacientes y la provisión de medicamentos gratuitos a aquellos en necesidad en los hospitales. Además, para ayudar a los campesinos que habían abandonado sus hogares en busca de alimentos, creó una junta permanente con la ayuda de las personas más ricas del país. También ofreció refugio en el palacio virreinal y dedicó parte de su fortuna para brindar ayuda. Como defensor de la Ilustración, fomentó las obras públicas, promovió la nueva vacuna contra la viruela y estableció regulaciones para mejorar el gobierno de las provincias de Sonora, California, Nueva Vizcaya, Texas, Nuevo México y Coahuila.
La población quería mucho a Gálvez y su esposa, Felicitas de Saint-Maxent, debido a su talento, humanidad, cercanía a las personas y sencillez. La belleza y caridad de Felicitas la hizo muy popular, y fue descrita por historiadores y viajeros como una mujer encantadora y caritativa. Juntos, el virrey y su esposa gozaron de un gran poder y prestigio en las posesiones españolas en América.
Sin embargo, Una enfermedad truncó su vida y murió a los 40 años. Enterraron su cuerpo en la iglesia de San Fernando en la ciudad de México. En su testamento, dejó a sus hijos y esposa bajo la tutela de su tío, el ministro de Indias. Ambos reinos sintieron su pérdida y su legado como gobernante ilustrado y liberal perdura hasta hoy. Carlos III reconoció y proclamó las hazaña de su victoria sobre Gran Bretaña en todos sus dominios, la cual fue el momento culminante de su carrera militar.
Bibliografía
[1] GUIMERÁ RAVINA, A (2022), «La conquista de Pensacola», Desperta Ferro, 59, pp. 46-54
[2]HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M. (2022), «Gálvez y el gobierno de la Luisiana», Desperta Ferro, 59, pp. 36-40.
[3]QUINTERO SARAVIA, G. M. (2022), «Las campañas del río Misisipi y Mobila», Desperta Ferro, 59, pp. 28-35.
[4] REPARAZ MADINAVEITIA, C., «Bernardo de Gálvez», en Real Academia de la Historia, Diccionario Biográfico electrónico (en red, https://dbe.rah.es/biografias/10137/bernardo-de-galvez).