Cuando hablamos de la Guerra de Troya, es inevitable pensar en el famoso Caballo de Troya. Se trata de una enorme estructura de madera con forma de caballo, cuyo interior estaba hueco para albergar a los soldados griegos. Esta astuta estratagema fue ideada por Odiseo con el fin de infiltrarse en las impenetrables murallas de la ciudad de Troya. A día de hoy, gracias al descubrimiento realizado por Heinrich Schliemann, sabemos que la ciudad de Troya realmente existió. Sin embargo, aún persiste la incógnita sobre la veracidad de este icónico caballo.
Hace algunos años, en el documental titulado «El misterio del Caballo de Troya: tras la pista de un mito», el arqueólogo Francesco Tiboni planteó una interesante teoría: ¿Y si el caballo en realidad era un barco? Tiboni respaldó su tesis argumentando que Homero no proporcionó una descripción clara del caballo, por lo que no hay registros ni de su forma ni de su tamaño exactos. Otro experto, Boris Dunsh, filólogo de la Universidad de Marburgo, señaló que en la antigüedad era bastante común referirse a los barcos como «caballos». No obstante, existen representaciones del caballo en diversas piezas, como el jarrón descubierto en Mykonos (siglo VI a.C.), donde se puede apreciar un caballo con soldados en su interior.
La fuente más antigua que menciona el Caballo de Troya es la Odisea, no la Ilíada, ambas obras atribuidas a Homero. Sin embargo, es en la Eneida de Virgilio, escrita durante la época de Augusto en el siglo I a.C., donde encontramos una mayor cantidad de información sobre este célebre caballo. Es importante tener en cuenta que la Eneida se escribió alrededor de siete siglos después de las obras de Homero, lo que la convierte en una reinterpretación de los relatos homéricos. En el libro II de la Eneida, se menciona lo siguiente:
Quebrantados por la guerra y contrariados por el destino en tantos años ya pasados, los caudillos de los Griegos construyen, por arte divino de Palas, un caballo tamaño como un monte, cuyos costados forman con tablas de abeto bien ajustadas, y haciendo correr la voz de aquello es un voto para obtener feliz regreso, consiguen que así se crea. Allí, en aquellos tenebrosos senos, ocultan con gran sigilo la flor de los guerreros, designados al efecto por la suerte, y en un momento llenan de gente armada las hondas cavidades y el vientre todo de la gran máquina.
Eneida, Libro II
El caballo estaba dedicado a Atenea con el fin de garantizar el retorno exitoso de los griegos, aunque en realidad se refugiaron en Ténedos, una isla cercana. Los troyanos, engañados, creyeron que habían triunfado y que aquella estructura era un regalo. Sin embargo, Laoconte no compartía esa opinión y advirtió que no era digno de confianza, clavando su lanza en el vientre del caballo. Como castigo por este sacrilegio, Poseidón envió dos serpientes marinas que lo estrangularon y devoraron. Fue entonces cuando los troyanos decidieron introducir el caballo en la ciudad. Durante la noche, mientras los troyanos estaban embriagados y dormidos tras la celebración por la retirada de los griegos, estos últimos salieron del caballo. Sin perder tiempo, eliminaron a los centinelas, abrieron las puertas para el resto de los griegos y la ciudad quedó envuelta en llamas. Así, el mítico Caballo de Troya resultó ser fundamental para la victoria de los griegos.
Pero, ¿existió realmente? A día de hoy, la mayoría considera que el caballo es un mito, pero recientemente ha surgido la noticia del descubrimiento de una gran estructura de madera por arqueólogos turcos liderados por Christine Morris y Chris Wilson, de la Universidad de Boston. Junto a ella, se encontraron tablones de abeto y una viga de hasta 15 metros de largo, desenterrados dentro de los muros de la antigua ciudad de Troya, ubicada en las colinas de Hisarlik. Además, se halló una placa de bronce dañada con una inscripción que dice: Para su regreso a casa, los griegos dedican esta ofrenda a Atenea.
¿Podría tratarse del descubrimiento del mítico Caballo de Troya? Arqueólogos e historiadores creen que estos hallazgos podrían ser los restos del famoso caballo. Las fechas de las piezas coinciden con las mencionadas para la guerra de Troya, y la inscripción concuerda con las mencionadas en las fuentes. Aunque aún no se puede confirmar nada, este descubrimiento abre la posibilidad de que el icónico caballo de madera sea más que una simple leyenda.
Bibliografía
[1] CHRYSOPOULOS, P., «Archaelogists Claim They´ve Discovered the Trojan Horse in Turkey», Greek Reporter, 10 de agosto de 2021. Consultado: https://greekreporter.com/2021/08/10/archaeologists-discover-trojan-horse-in-turkey/
[2] CLINE, E. (2013), La guerra de Troya, Madrid, Alianza.
[3] RUIZ, D., “El caballo de Troya era un barco de origen fenecio”, LaVarnguardia, el 03 de noviembre del 2017. Consultado: https://www.lavanguardia.com/cultura/20171103/432559219943/caballo-troya-barco-fenicio.html
[4] VIRGILIO, «La Eneida», Ediciones Elaleph. Traducido por E. de Ochoa.