El fotógrafo de Mauthausen es una película basada en hechos reales. Narra la historia de Francisco Boix, un fotógrafo español que fue prisionero en el campo de concentración de Mauthausen durante la Segunda Guerra Mundial. Allí, trabajando en el laboratorio fotográfico de la SS, logró ocultar y salvar cientos de negativos que documentaban las atrocidades cometidas por los nazis contra los presos. Estas fotografías fueron clave para condenar a algunos de los responsables en los juicios de Núremberg.
La directora de la película es Mar Targarona, quien tiene el mérito de rescatar del olvido a esta figura heroica y dar a conocer una historia que para muchos era desconocida. El guion, basado en el libro «El fotógrafo del horror» de Benito Bermejo, se centra en el drama humano de Boix y sus compañeros, que arriesgaron sus vidas por preservar la memoria y la verdad. La recreación histórica es cuidada y se apoya en las fotografías reales que se muestran al final de la película.
El reparto está encabezado por Mario Casas, que interpreta al protagonista Boix. La extrema delgadez del actor le da mayor credibilidad al personaje ya su sufrimiento, para lo cual se sometió a una notable pérdida de peso. Le acompañan otros grandes actores como Macarena Gómez, Alain Hernández o Richard van Weyden.
La película cuenta con algunos defectos, como una escenografía que a veces resulta poco creíble o unos diálogos que podrían ser más profundos. También se echa en falta una mayor exploración de la personalidad y los conflictos de Boix, que se queda un poco plano. La película altera o simplifica algunos aspectos de Boix, así como de otros personajes o situaciones. Sin embargo, estos defectos no empañan el gran valor de la película, que es un claro homenaje a un hombre valiente ya todos aquellos que lucharon contra las crueldades del nazismo.
En definitiva, «El fotógrafo de Mauthausen» es una película que merece la pena ver por su interés histórico y por su mensaje de dignidad y resistencia. Es una película que tiene sus partes duras.