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De Imperios a Naciones

Gatos: de dioses a demonios… a dioses otra vez

Todos sabemos que el gato es un símbolo clave en la cultura del Antiguo Egipto pero, ¿y después? ¿Adiós Egipto adiós gatos? ¿Cómo paso nuestra especie de idolatrar a estos felinos a considerarlos símbolos de la mala vida y (dependiendo del color) de la mala suerte? Vamo’ a verlo.

Origen de los gatos.

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Felix silvestris lybica

Cuando la gente dice que los gatos son peores que los perros porque los felinos hacen lo que les sale de los ronroneos es claramente porque estas personas tienen ansias de control y los gatos, amigos míos, nunca han llevado bien eso de ser adiestrados. Tanto es así que ni siquiera pudimos adiestrarlos realmente. Fueron los antiguos gatos (subespecie Felix silvestris lybica, gato salvaje africano) los que DECIDIERON «domesticarse», que en su lenguaje gatuno se referían más o menos a «uy, este cacho de carne no me mata, me rasca las orejillas y me deja cazar/me da de comer, meh, voy a quedarme con él».

Especifiquemos un poco.

Se cree que los gatos fueron domesticados hace 10000 años por los primeros agricultores de Oriente Próximo. Las plantaciones atraían a los gatos, ya que éstas estaban llenas de roedores, es decir, carne fresca. Conforme pasaba el tiempo, ambas especies (gato y humano) se acercaron en una especie de simbiosis que, poco a poco, llevó a la domesticación del gato montés. Los agricultores migratorios se llevaron los gatos a Europa y de ahí se extendieron a todo el mundo.

El investigador Claudio Ottoni nos explica:

No está claro que el gato doméstico egipcio descienda de los gatos importados de Oriente Próximo, o si se llevó a cabo una segunda domesticación en Egipto.

En antiguos murales egipcios se representaban comúnmente los gatos rayados. El patrón de gatos con manchas no llegó a ser común hasta la Edad Media.

Los gatos como Deidad.

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Diosa Bastet

Si hay una cultura que realmente ha venerado al gato, esa fue sin duda el Antiguo Egipto. Los egipcios tenían una deidad dedicada a este animal (al que ellos llamaban «Miw»), llamada Bastet, hija y esposa del mismo Ra. Ésta era diosa de la fertilidad, el placer, la alegría, la música, la danza, protectora de la familia y patrona del hogar. Tan grande era su culto que incluso en la Dinastía XXII se llegó a adoptar a Bastet como divinidad principal en la conocida Dinastía Bubastita, cuya capital era Bubastis (Mansión de la Diosa Bastet).

El amor por los felinos era tan grande que si uno de ellos caía enfermo, su familia le administraba cuidados iguales a los de un niño. Si, aun así, el animal moría, la familia sufría y mantenía el luto por la pérdida, en muchos casos llegando, incluso, a llevar el cuerpo del animal a «La Casa de la Purificación» para llevar a cabo el proceso de momificación del animal. Tras esto, se le ponía una máscara de bronce al animal y se enterraba en un ataúd o sarcófago (aunque este proceso lo realizaban sólo las familias ricas).

Como no podía ser de otra forma, el cementerio de gatos más grande de Egipto se encontraba en Bubastis, al que acudían personas de todo el país. Sin embargo, el dinero tira más que la fe y la ley. Encontramos algunos comerciantes que «sacrificaban piadosamente» a gatos de menos de un año, los momificaban y los vendían a peregrinos como ofrenda al santuario de la Diosa Bastet.

Irónicamente, las leyes eran muy estrictas en cuanto a herir a los felinos. La ley egipcia prohibía expresamente el perseguir y matar gatos. Si alguien era responsable de la muerte de un felino el castigo era, ni más ni menos, que su propia muerte.

Tras la conquista de Egipto por el Imperio Romano, los gatos fueron tomados como trofeos. Éstos se convertirían en un símbolo de victoria y triunfo del ejército y, más tarde, se les consideraría símbolos de la libertad, a tal punto de representarse junto a la Diosa Libertis. La rápida expansión del Imperio Romano promovió la expansión del gato por el resto del mundo.

Gatos en Asia.

En China, los gatos tuvieron un papel similar a los del Oriente Próximo. Éstos se alimentaban de las ratas presentes en las plantaciones chinas. Algunos pensaban que el animal daba mala suerte, pero otros creían lo contrario, ya que su buena visión en la oscuridad les servía para ahuyentar a los espíritus. A pesar de todo, este animal está excluido de los horóscopos chinos y japoneses y no entra dentro de los animales protegidos por la religión budista.

Casi al mismo tiempo que llegaron a China, llegaron a India. Los gatos corrieron mejor suerte en este país, ya que el hinduismo cree en la reencarnación y promueve el respeto y amor hacia todos los seres vivos del planeta.

Los gatos: creación del Diablo y mascota de las brujas.

Pensemos un segundo en estos conceptos: gato y Edad Media. Seguro que todos pensáis «ahh sí sí las brujas claro». Pero, ¿creéis que fueron las brujas las únicas que recibieron los castigos divinos de la Iglesia?

Como ya dijimos, la sociedad veía con buenos ojos a los gatos gracias a su negocio de control de plagas. Sin embargo, a partir de los siglos X, XI, empezarían a verlos como seres creados por el Diablo. Y diréis: «WTF why?». Pues como todo el la Edad Media mis amores: por la Iglesia y su influencia. En el Génesis se dicta que Dios creó al hombre para que éste gobernara sobre el resto de especies. Y claro, ¿qué dijimos al principio? Un gato nunca se ha dejado domesticar, se queda porque le da la gana.

Bodleian Library, MS. Bodley 764, Folio 51r

El carácter independiente y esquivo de estos animales provocó el rechazo de la sociedad y el aprovechamiento de la Iglesia para afianzar su poder sobre el pueblo. Sin ir más lejos, Gregorio IX, en 1227, describió al demonio como un gato negro, superstición que ha llegado hasta nuestros días. Los gatos pronto empezaron a ser acusados de fenómenos ambientales catastróficos y de asociarse con las brujas. Al igual que estas mujeres con el cerebro un poco más desarrollado que el resto, fueron quemados, apedreados y torturados hasta morir.

La Iglesia usó la figura del gato como símbolo de adoctrinamiento de las masas. Se decía que el diablo jugaba con las personas como un gato con un ratón antes de matarlo. También inducían la idea de que las personas que desobedecían a Dios no eran más que animales primitivos. Esta afirmación es la causa de que encontremos muchos murales de animales (sobre todo gatos) antropomórficos, que representaban a los infieles convertidos en bestias salvajes.

La muerte de los felinos se daba de formas realmente crueles y barbáricas. Sin embargo, el «gatocidio» le salió caro a la sociedad medieval. La masacre gatuna promovió la proliferación de las ratas en las sociedades. Esto provocó un gran despliegue de enfermedades y epidemias. ¡Sí, señoras y señores lectores! La peste, epidemia que duró más de 200 años y que acabó la vida de casi 1/3 de la población (unos 25000000 de personas) se pudo haber evitado si no se hubiesen puesto a matar gatos como posesos.

Se cree que en los países orientales, al no existir la religión cristiana, los gatos siguieron disfrutando de una agradable vida de sueñecitos al sol y ratones para el estómago.

El Renacimiento de los gatos.

La mayor época de esplendor que vivió el ser humano no fue exclusiva de nuestra especie. Ya cerca del siglo XVII el gato empezó a recuperar su trabajo de matarratas y la gente volvió a respetarlos. Algunas figuras importantes se habían enamorado realmente de los felinos. El Cardenal Richelieu, por ejemplo, tenía docenas de gatos, algunos de ellos rescatados, a los que cuidaba y alimentaba con todo su cariño. Tanto es así que una de las salas del Palacio de Versalles era utilizada como refugio de animales. A su muerte, Richelieu dejó una fortuna para el mantenimiento de sus gatitos.

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Conforme pasaban los años los gatos se hacía cada vez más populares (sobre todo los de pelo largo). Toda persona que se preciase debía tener uno de estos animales. En 1871 tuvo lugar la primera exposición felina en el Crystal Palace de Londres, donde se escribieron los primeros estándares de distintas razas.

Nyan Cat, Grumpy Cat y otros memes.

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Grympy Cat

Actualmente podemos decir que los gatos han conquistado el mundo. Los felinos son las criaturas más famosas de Internet y su popularidad sigue subiendo como la espuma. A pesar de la mala fama que tuvieron en el pasado, como tantas otras cosas, no hay que generalizar. Los gatos pueden ser animales extremadamente cariñosos. Ruru, sin ir más lejos, odia que lo besen y lo agarren, pero dormirá todos los días contigo y te despertará caminando sobre ti para que le rasques las orejillas (tengo moratones por todo el cuerpo de clavarme las patas).

Los gatos son altamente recomendables como animales de compañía para personas con depresión, y os puedo asegurar que Nami fue clave en mi proceso de recuperación.

¡Así que ya saben! Si dudaban en adoptar (ADOPTAR, NO COMPRAR) un gato por lo que han oído de su carácter, ya saben que son animales extremadamente limpios, no necesitan tanta atención como un perro, controlan las plagas en nuestro hogar, os dan mimos (a su manera) y son la mejor compañía que podáis pedir.

Intentaré buscar temas entretenidos para la siguiente ocasión, mis amores, pero eso ya será otra historia.

¡Nos vemos en la siguiente entrada! I purple you~~ 💜

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-Hana