Para muchos el mapa no es otra cosa que una representación gráfica de un territorio en una superficie plana. Éstos son una herramienta útil para la navegación, la planificación, el análisis y la comunicación de información espacial. Bien, pues una de las cosas que he aprendido a raíz de la lectura del libro La huella de los mapas: Cartografía de lo humano, de Kevin Rodríguez Wittmann, es que los mapas no son aquello que hemos aprendido por definición, sino el reflejo de la cultura, la identidad y la visión del mundo de diferentes sociedades acerca del territorio en el que viven.
Wittmann es Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de La Laguna con un Máster en Identidad Europea Medieval por la Universidad de Lleida y Doctor por la Universidad de la Laguna con la tesis El imaginario oceánico. Las islas del Atlántico meridional en los mappaemundi medievales. El autor nos lleva a un viaje desde las primeras representaciones gráficas de la prehistoria, como la piedra de Abauntz en Navarra, hasta los sofisticados mapas como expresión de arte. Su enfoque se centra en el valor simbólico y cultural de los mapas. Cada capítulo revela cómo los mapas han sido utilizados no solo para la navegación y la exploración, sino como herramientas de poder, arte, y expresión cultural.
El libro se centra en varios capítulos. En ellos conoceremos, entre otros, que existen mapas orales que se han transmitido de generación en generación, mapas elaborados en las trenzas del pelo que representaban un camino de huida y mapas que son creados para aquellos mundos literarios como El hobbit de J. R. R. Tolkien. En general, conoceremos que los mapas no son neutros, sino que siempre tienen un componente de subjetividad de aquellos que los crean.
Es un libro accesible al público general. Se disfruta leyéndolo y es muy visual, pues cuenta con numerosas fotografías y anécdotas, lo que facilita la comprensión de conceptos complejos. Es un libro para aquellos que estén interesados en la historia, la geografía y la antropología. Para terminar, quiero invitaros a leerlo, pues es una obra que nos hace reflexionar sobre nuestra relación con los mapas y cómo éstos han influido en nuestra compresión del mundo. Es un libro esencial para comprender la importancia cultural y política de la cartografía a lo largo de la historia.